jueves, 29 de marzo de 2018

En el péndulo del olvido

Los errores me señalan (igual que las cucarachas)
Mientras yo oscilo
Atado al horroroso péndulo del olvido.
Los errores se burlan,
Graznan como oscuras y funestas aves
Mientras este tortuoso vaivén  me marea;
Y las noches extraviaron el sueño.
Ahora solo son pesadilla por saber que soy algo efímero;
El insomnio es serpiente que se enrosca en mi alma;
Asfixia cada madrugada.
Los errores anotan su nombre
En la lista de nombres que ya no me recuerdan;
Alguna vez latí al ritmo de corazones,
Ahora solo me balanceo en la derrota,
En la incertidumbre de que algún día,
Ella ( Soberana  y flor que adorna mis tristezas )
Vuelva a  clavarme su  palabra,
Llena de contradicción y rima.
Que mi psique vuelva a reposar en su mirada.
No sirvió la paciencia, ni mi pasión,
Ni cruzar mares y llegar,
Ni esperar, ni mis versos que la detallaban,
Que la adulaban,
Ni nuestra canción,
Ni mi oración,
No sirvió nada
Para impedir estar aquí, en esta catástrofe,
Columpiándome en el espanto
Del péndulo del olvido,
Ahora se que los milagros y el amor no existen.   
                 TSP
*El cuervo dijo:
«¡Nunca más!».
Y el cuervo, inmutable, continúa instalado
allí, sobre el pálido busto de Palas, precisamen-
te encima de la puerta de mi habitación, y sus ojos se parecen a los ojos de un demonio que sueña; y la luz de la lámpara, cayendo sobre él, proyecta su sombra en el suelo; y mi alma, fuera del círculo de esta sombra que yace flotante
sobre el suelo, no podrá volver a elevarse.
¡Nunca más! 
                    E.A. Poe

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