viernes, 4 de marzo de 2016

No basta para el amor

No bastan las letras para el amor,
colocadas con pasión,
un “te quiero”, ni una frase labrada con sentimiento,
ni un poema escupido desde las entrañas del alma.

En estos tiempos no basta para el amor
un mensaje digital o un emoticón,
ni una tierna mirada;
ahogarse en sus ojos claros.

Ni la matutina sonrisa, tontear o guasear,
ni un deseo febril que conjuga lo más sucio,
una tarde otoñal al succionar su ser entre sus piernas,
ni el llanto del verano,
ni  la puesta de sol que bendice a los enamorados,
ni mil flores cortadas, ni un suspiro o una promesa,
ni los hijos, ni los celos,
un crimen en su nombre,
ni comulgar o mentir, ni la sabiduría o el dinero.

El amor es el que da todo y también lo quita,
un dios caprichoso, alabado cada día,
que domina el imaginario colectivo;
una sanguijuela de emociones,
las chupa todas de nosotros,
y cuando nos ha dejado vacíos,
 nos vomita,
siempre quiere más y cuando no se lo das te mutila.
Para el amor no basta ni la vida misma.

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Publicado en revista Demencia No 8
Marzo 2016














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