miércoles, 22 de junio de 2016

Plegaria diaria

Que la tarde se iluminara,
que tuviera tono esmeralda.
Que el ingenio me decapitara,
que se colapsaran mis falsos ideales
y mi cabeza te llegara en una charola de plata,
con una sonrisa perpetua en mi rostro.

Que el amor durara mas que la vida.

Ojala existiera, que no lo dieras en mentiras.

Que de los manantiales emanaran mis lagrimas

y todos bebieran mi dolor.
Que en los arboles crecieran trozos de mi carne ( esa oscura que te da asco)
y todos probaran mi amargura.
Que la lluvia del norte tuviera gotas de mi sangre
y todos sintieran mi intensidad;
mi sed de ti.
Que la neblina de las montañas tuviera mi miedo
y todos lo respiraran;
Lo experimentaran.

Que mi furia se desenterrara de tus entrañas.

Que mi alegría y ternura reflorecieran en tu memoria.
Que tu engaño y mentiras se esfumaran de la testa.
Que tu cobardía no nublara tus sentidos.
Que el pánico no te hiciera decir y cometer estupideces.
Que mi melancolía desapareciera en el ocaso y no volviera mas.
Que el autoengaño no te confunda para caer en las redes del adulador.
que sus huecas y amañadas palabras se borraran de tu piel.
Que mi torpeza y divagación no lastimaran.
Que el espíritu santo nos tocara y los errores se minimizaran,
no dolieran tanto,
y aprendiéramos a reconocerlos, 
a               perdonar.
Que la puerta se volviera a abrir,
como la hierba que después del crudo invierno
cada primavera                     renace,
                  crece.
Que apuñaláramos a la indiferencia y abandono
con                       humildad,
Venciéramos al olvido.
Que este escrito no hubiera existido.
Es mi plegaria diaria.

TSP









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