Te di mi corazón, no era lo que necesitabas, ni buscabas;
no te sirvió de nada, así que lo pusiste en la ventana,
en el día el sol lo descomponía, lo pudría,
mientras el solo podía mirar a la gente ir y venir,
temeroso del acechamiento de aves, gatos e insectos,
intentando latir por ti;
En las noches el frio lo congelaba,
mientras él miraba con nostalgia el firmamento,
intentando poder latir por la luna y las estrellas;
Este tormento dura muchas semanas, meses;
pudriéndose y congelándose,
Hasta que una tarde al notar el hedor de la putrefacción,
decidiste deshacerte de él ,arrojándolo a la basura,
donde fue devorado por las ratas y alimañas.
Ahora deambulo por bulevares, plazas, parques, bares,
como una figura fantasmagórica en trance,
sin pasión, sin nada por que vivir.
Barça Man
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