Se oye un grito desgarrador.
Un grito de un ser que,
blasfema y maldice.
Maldice y llora.
Llora y se arrepiente.
El cielo escupe con ira, dagas de
electricidad;
los infantes se arrancan la piel,
dejando al descubierto su débil
osamenta;
las entrañas de la tierra
hierven como el pecado de
la lujuria.
Llueven plumas negras y agua
salada
Miguel, Rafael, Gabriel, Uriel,
Jofiel, Shamuel, Zadkiel…
No importa quien,
solo que un ángel grita, ya sin
Fe.
Barça Man
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