sábado, 7 de noviembre de 2015

Diario de un idiota con el corazón roto Día uno 07/11/2015

No sé cómo he podido sobrevivir la noche, aun no concibo como existe un malestar no físico, algo que te duele pero no se manifiesta en ningún tipo de afección corporal, por qué tu mente se trastorna y eso hace que algo este mal en ti y solo salga por los ojos.
No sé ni por que escribo esto, a nadie le interesa saber la condición de un perdedor, supongo que lo hago como una forma de desahogo, sacar esto que habita en mí y aun no puedo comprender.
Ayer fue uno de los días más tristes de mi vida, el saber que has perdido a alguien que te hacia tan feliz, con la que te sentías completo, con la que eras tú mismo, sin utilizar caretas como normalmente sucede cada día en mi vida, la amargura de aun no entender el porqué de las situaciones, el creer conocer a alguien y darte cuenta que no es lo que tu pensabas, el sentirte despreciado, herido, humillado, no amado aunándole que te coloquen la etiqueta de villano, es algo que no le deseo a nadie; caminar o más bien deambular por las calles cabizbajo con los ojos irritados y a punto de escupir fluido de amargura es una experiencia espantosa.
Mirar el móvil con la esperanza de una señal, no dejar de pensar en esa persona, recordar cada dulce momento, cada risa, cada instante de perfección junto a ella,  querer gritar, preguntar y solo poder sollozar es el infierno.
No he dormido desde que hace días, desperté y al mirar el móvil, me di cuenta que me habían cortado las alas, las piernas, el corazón, me habían cortado del lazo del amor, para arrojarme al infierno, no al infierno que yo alguna vez conocí, ese de la indolencia e inconciencia, a otro peor en donde la soledad deja de ser bella para convertirse en la bestia más sanguinaria y voraz; intente huir esconderme del cruel toque de la realidad, quise hacerme el fuerte, el valiente que puede enfrentarlo, esta me alcanzo me sacudió y me escupió; después del huracán no llego la calma, llego la desolación, el mundo perdió color, volvieron las voces que mal aconsejan,, las preguntas, el dolor en estado puro, la tortura de cada minuto.
Son las 3 AM no he dejado de escuchar something I can never have de NIN, no siento físicamente, ni huelo, pero sé que mi alma se está pudriendo, ya no creo en milagros, ni en amor, solo escribo sobre este papel que dejo de ser puro para convertirse en un receptor de mi pus emocional, se que vienen días y noche largas, dolorosas, en las que sobreviviré solo por reflejo y este trance tardara en disiparse, siempre con el corazón roto.

                               

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