miércoles, 11 de noviembre de 2015

Delfines a la deriva

Regrese de algún lugar oscuro,
que no logro recordar,
pudo ser el mismo infierno
o cualquier asqueroso rincón del mundo,
regrese en medio de una tormenta,
y te encontré,  jugueteando con letras,
brillas como un faro en medio de la borrasca,
eres más hermosa que cualquier constelación;
parecemos delfines a la deriva,
buscando la dicha, que huyo,
queriendo ser libres,
miro tus ojos y vuelvo a creer en milagros;
parecen lejos los días de dolor purpura,
de  fuego en la sangre, las heridas
y las sangrientas espinas,
las pesadillas
se disipan con cada suspiro tuyo;
y  sigues aquí;
Nademos por aguas llenas de incertidumbre,
hagamos graciosas piruetas para esquivar el miedo,
sumerjámonos en las profundidades de la providencia,
                                                                      juntos,
así nunca nos perderemos y nadie nos podrá atrapar
con redes de envidia y  mentiras;
que la luna nos guie y las estrellas nos guiñen,
el desasosiego empequeñece cuando tu sonríes;
te mereces lo mejor,
quizá yo lo peor, pero ahora estas aquí y la soledad sucumbió,
ante tu preciosa y regia efigie de
Llegaste en el momento preciso, en medio del huracán,
cuando lo más fácil era saltar, cuando solo veía sogas en los gestos,
pistolas y puñales caminando en las avenidas,
cuando no apreciaba la misericordia, ni la inocencia,
cuando escupía a las oportunidades,
en la encrucijada de continuar o volver;
sé que nos faltan millas por navegar, y no será sencillo,
pero será divertido y romántico si vas junto a mí,
si evitas que la maldad me abrace, la asustas con solo existir,
tu beso de mariposa es aire puro, es vida,
ahora sé que el amor es real y que algún día regresare a casa,
que el viaje habrá valido la pena y moriré feliz.

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