Despues de entregar la palidez de la rosa,
camino en calles extrañas, llenas
de personas para mi raras,
yo para ellos, forastero,
con el corazón vació,
con el alma escurriéndome
por los ojos, se me escapa,
dejándome en trance,
abrazado a la impotencia,
desesperado.
Aquí hace frió,
el sol se asoma entre la gris tela,
con precaución, como con vergüenza,
una ligera lluvia acaricia mi cabeza.
Aquí no hay nada para mi,
ni una mirada, ni un susurro, ni un beso,
ni un delfín, ni mirlos, ni leonas, ni mariposas,
ni palabras, ni fe, ni emoción,
solo ausencia
y recuerdos que cada segundo son mas lejanos.
Mi ser, no funciono, desilusiono;
mi estatura, mi tono de piel, mi voz, mi aroma,
mis torpes movimientos, mi lenguaje,
mis palabras;
de nada sirvió sobrevivir a noches insomnes,
a días de abandono, a desairadas cartas,
a batallas terminadas, salir de la oscuridad,
cruzar la imaginación y charcos de desesperación,
la belleza me es negada;
esto es la derrota definitiva,
indiferencia, desprecio, condenado a ser olvido,
esto es el comienzo del séptimo circulo del infierno
del segundo giro.
TSP
J 2016
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